Cálculos renales:

Los cálculos renales son depósitos sólidos de minerales y sales ácidas que se agrupan en la orina concentrada. Pueden ser dolorosos cuando pasan por el tracto urinario, pero no suelen ocasionar daños permanentes.

Dimensiones

Sus dimensiones pueden ser milimétricas, desde las conocidas popularmente como “arenillas” hasta alcanzar varios centímetros. Suelen mostrar un color marrón o amarillento, de contornos más o menos lisos y regulares, o también ser irregulares. Puede existir uno o varios cálculos renales al mismo tiempo.

Tipos

Hay cuatro tipos principales de cálculos renales.

El de calcio es el tipo de cálculo más común. El calcio se puede combinar con otras sustancias, como el oxalato (la sustancia más común), para formar el cálculo.

Un cálculo de ácido úrico se puede formar cuando la orina contiene demasiado ácido.

Un cálculo de estruvita se puede formar después de una infección en el aparato urinario.

Los cálculos de cistina son poco comunes. La enfermedad que causa estos cálculos es hereditaria.

¿Cómo se forman?

Un cálculo renal se forma cuando una gran cantidad de ciertos minerales en tu cuerpo se acumulan en la orina. Cuando tu cuerpo no está bien hidratado, la orina se concentra aún más con niveles mayores de ciertos minerales. Cuando los niveles de minerales son más altos, la probabilidad de que se forme un cálculo renal es mayor.

Diagnóstico

Si el médico sospecha que tienes un cálculo renal, es posible que te hagan pruebas y procedimientos de diagnóstico, como, por ejemplo, los siguientes:

Análisis de sangre

Cálculos renales

Los análisis de sangre pueden revelar un exceso de calcio o de ácido úrico en la sangre. Los resultados de los análisis de sangre sirven para controlar la salud de los riñones y pueden hacer que el médico quiera comprobar si tienes otras enfermedades.

Análisis de orina

El análisis de orina de 24 horas puede mostrar que estás eliminando demasiados minerales que forman cálculos o muy pocas sustancias que previenen la formación de cálculos. Para este análisis, el médico puede pedirte que hagas dos recogidas de orina en dos días consecutivos.

Pruebas de diagnóstico por imágenes

Las pruebas por imágenes pueden mostrar cálculos renales en las vías urinarias. La tomografía computarizada de alta velocidad o de doble energía puede revelar incluso cálculos diminutos. Los rayos X abdominales simples se usan con menos frecuencia porque pueden pasar por alto los cálculos renales pequeños.

La ecografía, una prueba no invasiva que es rápida y fácil de realizar, es otra opción de prueba por imágenes para diagnosticar cálculos renales.

Análisis de los cálculos expulsados

Es posible que te pidan que orines a través de un filtro para retener los cálculos que lograron pasar. El análisis de laboratorio revelará la composición de los cálculos renales. El médico usa esta información para determinar el origen de los cálculos renales y establecer un plan para evitar que se formen otros.

Síntomas

  • El síntoma más importante es el dolor en la zona costolumbar, que aparece de forma brusca y con carácter intenso.
  • Habitualmente, este dolor se irradia a la vejiga y los genitales, siguiendo una trayectoria descendente aunque la irradiación depende del nivel en el que se encuentre la obstrucción.
  • El dolor suele estar acompañado de náuseas, vómitos, y sudoración. Otros de los síntomas comunes que se pueden presentar son:
  • Fiebre y/o signos de sepsis.
  • Hematuria: es la presencia de sangre en la orina. Puede aparecer en pequeñas cantidades, por lo que se deberá detectar a través de exámenes de orina, o puede ser visible.
  • Disuria: dificultad o dolor del paciente en la evacuación de la orina.
  • Polaquiuria: aumento del número de micciones durante el día, que suelen ser de escasa cantidad y que es síntoma de irritación o inflamación del tracto urinario.
  • Anuria: suspensión definitiva de la secreción de orina. Este es el signo de mayor gravedad.
  • Factores de riesgo de los cálculos renales​
  • ​Existen muchos factores de riesgo para la formación de cálculos renales. Algunos de los más comunes son:
  • Tendencia familiar a la formación de cálculos.
  • Alimentos con alto contenido de sal, carne y alimentos procesados, y baja en frutas y verduras.
  • Baja producción de orina por no beber suficientes líquidos.
  • Otros factores de riesgo incluyen:
  • Afecciones hereditarias específicas (hiperoxaluria, cistinuria).
  • Ciertos medicamentos como el fármaco anticonvulsivo topiramato, por ejemplo, o el medicamento para la presión arterial, frosemida, que elimina el agua del cuerpo.
  • Bloqueo del flujo de orina.
  • Infección renal.
  • Insuficiente actividad física, como cuando se usa un yeso después de una cirugía. Esto puede hacer que el calcio salga de los huesos​ y se acumule en las vías urinarias lo que contribuye a la formación de cálculos.
  • Enfermedad intestinal.
  • Cirugía para bajar de peso

Prevención

Recomendaciones preventivas:

Ingerir 3 litros de líquido diarios, que pueden ser la mitad de agua, y la otra mitad de otros líquidos, como los zumos de frutas o algunas infusiones.

Cambiar determinadas costumbres alimentarias: mantener una dieta con bajo contenido en calcio y tomar fosfato sódico de celulosa; en el caso de cálculos específicamente de ácido úrico, se recomienda una dieta pobre en carnes, pescado y aves; y en el de personas que tienden a formar piedras de oxalato cálcico, no son recomendables los alimentos ricos en oxalato (cacao, café, cola, espinacas, fresas, te, remolacha, frutos secos, trigo), de manera que si el médico lo aconseja habrá que reducir su ingesta.

En cuanto a la prevención farmacológica, el médico puede prescribir ciertos medicamentos para prevenir las piedras de calcio y ácido úrico, cuya acción controla la cantidad de ácidos en la orina, factor clave en la formación de piedras.

Otra manera de controlar las piedras de calcio es la administración de diuréticos, como la hidroclorotiacida, fármaco que disminuye la cantidad de calcio en los intestinos y previene que éste se filtre a la orina por los riñones.

En el caso de piedras de cistina no controladas, puede hacerse necesaria la administración de otra sustancia farmacológica denominada thiola, que reduce la cantidad de cistina en la orina.

Otro tipo de prevención es de tipo quirúrgico (extirpación de unas glándulas localizadas en el cuello), necesaria en pacientes con hiperparatiroidismo (aumento de la glándula paratiroides), que en ocasiones suelen desarrollar piedras de calcio.

Por su parte, las infecciones deben tratarse lo antes posible, como prevención de la aparición de piedras de estruvita.