Signos de que sufres mobbing o acoso laboral: Los invito a pensar en el tiempo que pasan en su trabajo. La cantidad de horas semanales, desayunos, meriendas y almuerzos. En algunas oportunidades se quedan hasta que oscurece. Muchos días transcurren sin que puedan ver el sol de la tarde, sin poder disfrutar de un momento al aire libre e incluso sin estar más horas con los seres que aman. Quienes no trabajan por cuenta propia, gran parte de la vida respiran en un lugar que no es su casa.

mobbing

Por lo tanto El trabajo termina siendo el escenario principal de nuestras vidas en donde se encuentran compañeros, amistades, amor, emociones y hasta enemigos.

De los peores: el mobbing o acoso laboral es el más peligroso.

Acecha en silencio, y el más común es el que suele darse de manera verticalista, es decir, lo ejercen quienes tienen un cargo hacia sus reportes. También existe el mobbing horizontal, donde la víctima se ve acosada por sus propios compañeros. Pero tanto en uno como en el otro, el poder es el que predomina para que exista el acoso.

Causas del mobbing

Si bien existen varias causas del mobbing, muchos autores coinciden en la personalidad (en cierto modo patológica) del acosador. Consideran que, en la mayoría de las ocasiones, el acosador suele ser narcisista, envidioso y con tendencia a la tortura. Quizá suene exagerado pero quienes hemos pasado por esta experiencia sentimos la violencia ejercida de manera ilimitada.

Asimismo, el acosador actúa en base a la inseguridad que le causa el acosado por realizar mejor su trabajo, estar más preparado para el cargo e incluso tener más llegada y liderazgo que él.

Algunas de las acciones que suelen dañar la imagen personal, profesional y autoestima de la víctima son:

  • Gritos e insultos, con o sin presencia de testigos.
  • Amenazas o coacciones continuas.
  • Trato diferente o discriminatorio.
  • Ignorar al acosado en reuniones o cotidianamente.
  • Expandir rumores y calumnias.
  • Ridiculizarlo en todos los ámbitos, desde la exposición de sus ideas como su forma de vestirse o actuar.
  • Invasión de su privacidad interviniendo su teléfono, sus mails o documentos personales.
  • Asignación de objetivos imposibles de cumplir.
  • Eliminación de responsabilidades o bien sobrecarga de trabajo.
  • Control continuo y exhaustivo de las tareas con el fin de encontrar faltas para poder acusar a la víctima.
  • Negativa a evaluar su desempeño.

Estas son sólo algunas de las estrategias que suelen aparecer en situaciones de mobbing.

Cada día que pasa me entero de más y más casos de violencia verbal, de género y psicológica que suceden en los trabajos. Quizá pueda ayudarlos el preguntarse a diario ¿qué estoy esperando?, ¿por qué me dejo maltratar?, ¿por qué me voy llorando del trabajo?, ¿cuánto tiempo voy a dejar pasar para poner límites a quienes quieren avasallar mi autoestima?

Les aseguro que vivir siendo víctima del mobbing enferma el alma. Oscurece. Los hace perder brillo. Los deprime. Los encapsula. Terminan creyéndose el cuento de que quienes están mal son ustedes. Este es un pequeño aporte para que la sociedad empiece a tomar consciencia de la gravedad del tema.

Para resumir, El corazón nunca se equivoca. Nunca. Apasiónense. Déjense llevar por la sana rebeldía del respeto hacia ustedes mismos, que también termina escondiéndose bajo el manto de obedecer aún sin estar de acuerdo. Y ojo, que a veces se deben hacer cosas que uno no acuerda por estar trabajando en una institución, pero lo que no se puede es callar, es decir, Siempre tenemos la oportunidad y el derecho de hablar, de expresar nuestro desacuerdo y de buscar una respuesta.

Para resumir: Piensen y sientan… Y si todavía no se animan a sentir, cuéntenme su experiencia para empezar a canalizar. Digámosle NO al MOBBING.