La hemofobia consiste en un temor intenso e irracional ante heridas, jeringuillas, hospitales y cualquier hecho relacionado con la sangre, tanto propia  como  ajena. Objetivamente  la sangre no es un peligro real, pero la persona al exponerse a ella sufre un alto nivel de malestar.

Las personas que tienen miedos o fobias a la sangre no pueden ver su propia sangre ni/o la de otros. Incluso pueden llegar a no poder ver películas o imágenes que contengan sangre ni ver o escuchar hablar sobre sucesos desagradables en torno a la sangre, operaciones, accidentes, mutilaciones, heridas, etc., o a ni siquiera imaginarse situaciones relacionadas con la sangre.

Ante la sangre o estas situaciones descritas, las personas fóbicas experimentan una elevada ansiedad, llegando a poder padecer un ataque de pánico, mareos intensos o desmayos.

Algunas personas sienten asco en lugar de miedo frente a la sangre, pero igualmente pueden acabar desarrollando ansiedad, miedo, evitación o desmayo frente a estas situaciones.

Lo mismo sucede con las personas que tienen miedos a las inyecciones o a las agujas, las sintomatologías son similares en ambos casos y ambas tienen solución con un tratamiento psicológico adecuado.

Causas

Los motivos por los que aparece la fobia a la sangre no se conocen con exactitud aunque según se ha podido comprobar el hecho de descender o no de una familia en la que alguien experimente hematofobia es un factor muy potente a la hora de estimar las posibilidades de que se tengan episodios fóbicos de este tipo. La fobia a la sangre es explicada en parte por la genética.

También se considera que la hematofobia puede desarrollarse como resultado de experiencias pasadas, es decir, a partir del aprendizaje y los recuerdos.

No es extraño considerar que la hematofobia puede surgir como consecuencia de las vivencias, teniendo en cuenta que esta sustancia suele aparecer en ocasiones dolorosas o desagradables. Así pues, desde la  perspectiva conductista la fobia a la sangre puede ser causada al asociar este estímulo al dolor que genera un accidente, tratamientos de salud.

Síntomas

La principal dificultad que sufre la persona que tiene hemofobia es el miedo irracional que sienten y que no pueden controlar, aunque la persona se percata de que no es lógico sentirlo. Otros síntomas pueden ser:

La Hemofobia
  • Ansiedad
  • Ataque de pánico
  • Sudor frío.
  • Palidez.
  • Sensación de frio o calor que antecede al desmayo o al mareo.
  • Mareos, sensación de poder sufrir un desmayo.
  • Desmayos que suceden de forma repentina, sin que la persona pueda evitarlos.
  • Taquicardia, miedo a sufrir un ataque cardíaco.
  • Temblores.
  • Sensación de que le falta el aire.
  • Hiperventilación.
  • Ideas y pensamientos negativos e irracionales.
  • Necesidad intensa de salir de la situación.
  • Pensamientos de no poder salvarse o ayudar a salvar a nadie en caso de accidente.

La fobia a la sangre o el miedo a las inyecciones suelen provocar la evitación de las situaciones que están relacionadas con éstas.

Como las visitas al médico, a las que pueden faltar y/o posponerlas llegando incluso a no acudir o evitar las pertinentes revisiones de control de la salud o los tratamientos dentales y/o médicos que necesitan. Esto, como es fácil de entender, puede generar riesgos importantes para su salud.

Si el miedo se extiende, sobre todo la fobia a la sangre, la persona puede evitar actividades por miedo a sangrar: hacer deportes, senderismo, visitar a un familiar enfermo, incluso coger el coche por miedo a un accidente, limitando su vida social y familiar.

Consecuencias

Las consecuencias de esta fobia dependerán del grado de afectación. Para algunas personas la repercusión sera menor si esta fobia solo aparece en contextos relacionados con la sangre como extracciones, ir al dentista, vacunaciones, etc. Lo que en cualquier caso podría poner en riesgo su salud si su forma de afrontarlo es evitar este tipo de situaciones.

Pero para aquellas personas en las que la afectación es más profunda se produce una generalización de las situaciones, por lo que la evitación se produce en muchas más situaciones en las que la sangre podría estar presente, como cocinar, hacer deportes, ver películas en las que puede haber escenas sangrientas, etc.

Tratamiento

El tratamiento a la fobia a la sangre es   diferente del empleado con respecto al resto de fobias.

cognitivo conductual, no solo nos preocupa el tratamiento a nivel conductual, sino que además sabemos de la gran importancia que tiene los pensamientos anticipatorios o catastróficos relacionados con el momento fóbico.

Por ello, antes de la exposición en sí misma preparamos a la persona para que disponga de todo el Desde el modelo conocimiento y técnicas necesarias que aumenten la comprensión hacia su problema. El manejo y control de sus pensamientos.

La detección de su sintomatología, tanto la ansiosa como la que anticipa un posible desmayo, son algunos de los recursos  que el paciente debe disponer para la exposición al estímulo fóbico.

Mientras que en las otras fobias lo que buscamos es que el paciente sea capaz de disminuir su sintomatología ansiosa (producto de la respuesta somática simpática) con técnicas tales como la relajación o la respiración, entre otras tantas, en la fobia a la sangre buscaremos conseguir todo lo contrario.

Dado que el paciente sufre una caída de parámetros (producto de la respuesta parasimpática) debemos enseñarle cómo tensionar su musculatura para evitar el desvanecimiento, contrarrestando así la caída de la presión arterial pues, en este caso.

La relajación solo aumentaría las probabilidades del desvanecimiento. Esta técnica de aplicar tensión se conoce como exposición con terapia de tensión aplicada.

¿Es lo mismo la hemofobia que la fobia a las agujas?

No. La fobia a las agujas o a los objetos punzantes es una fobia distinta. La razón por la que las personas que tienen fobia a la sangre sienten

La Hemofobia

pánico por las agujas, es precisamente por que contiene sangre. Si la aguja se encuentra vacía, lo más seguro es que la persona no experimente grandes síntomas de ansiedad.

¿Es lo mismo hemofobia que hemofilia?

¡No! No tiene nada que ver. La hemofobia es un trastorno psicológico y la hemofilia es una enfermedad de carácter orgánico.

La hemofilia es una enfermedad hereditaria que guarda relación con un problema de coagulación sanguínea.