La Acelga: Estas se constituyen como un elemento que aporta un importante valor nutricional a nuestra alimentación. Son un vegetal de hojas grandes y carnosas y pencas blancas. Su nombre científico es Beta vulgaris var.cicla de la familia Quenopodiáceas. Necesita de climas templados de zonas costeras o terrenos salinos. Se pueden consumir todo el año pero su mejor época es en otoño e invierno. Presenta un sabor agradable, dulce y con un sabor a tierra con algunas partes levemente amargas.

Origen

Se tienen referencias escritas que sitúan a la acelga en las regiones costeras de Europa y del norte de África bañadas por el mar Mediterráneo, dotadas de un clima templado adecuado para una planta a la que le perjudica bastante los cambios bruscos de temperatura. Existen documentos que prueban que ya en el siglo V a.C. los griegos utilizaban la acelga como un alimento en su dieta. Desde Europa se ha expandido a distintos países del mundo y en la actualidad presenta una amplia difusión, de manera especial en América y Asia.

Una teoría sugiere que la acelga (variedad cicla) se origino por hibridación a partir de la especie Beta marítima, de la cual parte también la remolacha de mesa (variedad vulgaris).

Parece ser que fueron los árabes quienes, a partir de la Edad Media, comenzaron a cultivarla y descubrieron las auténticas propiedades medicinales y terapéuticas de esta planta.

Resulta curioso que la acelga, una verdura tan utilizada como planta medicinal desde hace siglos por árabes, griegos y romanos, se considere en la actualidad una verdura ordinaria, de pobre categoría. Las razones de este desprestigio pueden obedecer a la facilidad de su cultivo, a su abundancia en el mercado o al precio asequible al que se vende.

En la Península Ibérica, el cultivo de esta verdura se extiende por la mayoría de las regiones del este, norte y centro. Cataluña y Valencia destacan como principales comunidades productoras. A nivel mundial, países de Europa central y meridional (Italia, Francia, Holanda, Bélgica y Alemania, así como las Islas Británicas) y América del Norte son los principales productores.

Variedades

La acelga presenta una diversidad limitada. Esto se refleja en el escaso número de variedades cultivadas. Su clasificación se establece en función del color, el tamaño de sus hojas y peciolos o pencas, el grosor de la penca y la recuperación rápida en el corte de las hojas. Las más conocidas, cultivadas y apreciadas por su calidad y gusto son:

Amarilla de Lyon: de hojas grandes, onduladas, de color verde amarillento claro y penca de color blanco muy desarrollada, con una anchura de hasta 10 cm. Son las de mayor comercialización.

Verde con penca blanca Bressane: hojas muy onduladas, de color verde oscuro y pencas muy blancas y anchas (hasta 15 cm).

Beneficios

  • La acelga tiene un alto contenido de potasio que favorece el equilibrio hídrico del organismo, ayuda a eliminar líquido.
  • Su bajo contenido calórico las hace ideales para combatir la obesidad. La combinación de acelgas y patatas favorece la diuresis y mantiene el estómago saciado por más tiempo. Consumirlas preferentemente hervidas.
  • Aporta vitaminas del del complejo B, como B1, B3, B5, B6, B9, que resultan esenciales para las funciones metabólicas celulares.
  • Según recientes estudios, la acelga es uno de los alimentos que más folatos contiene, los cuales son vitaminas que actúan de manera directa sobre la producción de glóbulos rojos y blancos, así como en la formación de anticuerpos y en la síntesis del material genético.
  • Las hojas de acelga son una excelente fuente de vitaminas antioxidantes, como la vitamina C, que proporcionan alrededor del 34 % de los niveles diarios recomendados por cada 100 gramos.
  • El contenido de calcio es muy elevado, lo que favorece la formación de los huesos y dientes y ayuda a prevenir la osteoporosis. Es aconsejable que las acelgas estén incluidas en la dieta de toda persona joven, y en las personas mayores también, para evitar la pérdida de calcio.

Su mejor época

La acelga, aunque depende de la variedad, es una verdura cultivada durante todo el año. No obstante, la mejor época para su consumo va desde finales de otoño a principios de primavera.

La industria agroalimentaria ofrece acelga procesada de distintas maneras: cortada similar a la espinaca, fresca, en conserva o congelada; por pencas, por hojas o combinada con otros vegetales.

Recetas

Tortilla de Acelgas

Ingredientes

  • 1 manojo de acelgas (solo las hojas)
  •  1 cebolla picada
  •  1 diente de ajo
  •  2 huevos
  •  16 gramos de levadura 
  • 1 vaso de harina de trigo
  •  1 vaso de harina de garbanzos
  •  Aceite de oliva
  •  Sal
  •  Caldo (opcional)

Preparación

Lo primero que harás para preparar las tortitas de acelgas es cortar las hojas y hervirlas en agua con sal. Déjalas cocer por 20 minutos o, al menos, hasta que estén tiernas.

Pica la cebolla y el ajo en pedacitos menuditos. Mézclalos con las harinas de trigo y de garbanzo, los huevos, la levadura y el caldo. Puedes usar caldo de pollo o de verduras y, si no tienes ninguno, también puedes usar sal

Integra las acelgas cocidas a la mezcla, incluyendo un poco del agua donde las has hervido. Remueve la mezcla hasta que quede ligera. Mientras más ligera sea, más crujientes quedarán las tortillitas de acelgas con harina de garbanzo.

Calienta el aceite de oliva en una sartén y ve colocando cucharadas de la mezcla para freírlas. Una vez estén listas, déjalas secando en papel absorbente para que no queden tan aceitosas. ¡Tu receta de tortillitas de acelgas estará lista para degustar!

Budín de acelgas

Ingredientes

  • manojo de acelgas
  •  3 huevos
  •  80 mililitros de crema de leche
  •  50 gramos de queso rallado
  •  1 pizca de sal

Preparación

Lavamos bien las hojas de las acelgas y quitamos las hebras para empezar a preparar la receta.

Cortamos las acelgas en trozos pequeños y las vamos poniendo en una cazuela. Para hacer el budín de acelgas, yo las hago al vapor, pero también se pueden cocer en agua hirviendo y, luego, escurrir

Por otro lado, mientras se cuecen las acelgas, cogemos un bol, ponemos los 3 huevos y batimos.

Añadimos la crema de leche, el queso rallado, un poquito de sal y lo removemos todo bien. Para potenciar el sabor del budín de acelga, se puede agregar, también, pimienta al gusto.

Cuando estén las acelgas, las escurrimos bien y las añadimos a la mezcla de los huevos. Seguimos removiendo para mezclar todos los ingredientes.

Cogemos un molde apto para el horno, untamos con un poco de mantequilla y ponemos toda la mezcla en en molde. Después, horneamos el budín de acelgas a 160 ºC durante 15 minutos. Es importante que el horno esté precalentado.

Cuando veamos que está, pincharemos con un palillo y si sale seco estará listo. No debemos dejar el budín mucho más tiempo en el horno para evitar que quede demasiado seco, de hecho, es mejor que quede un poco jugoso.

Sacamos la torta de acelgas del horno, desmoldamos con cuidado y servimos.