Características de «El narcisista».

Es un encantador de serpientes. 

El narcisista es adicto a la atención ajena -lo que los psicólogos llaman «suministro narcisista»- y, al igual que los drogadictos y los alcohólicos, invierte mucho esfuerzo en camelear a los demás. Por lo tanto, detrás de éstas personas hay mucho sufrimiento para el ámbito familiar ya que no saben discriminar en que ámbito actúan.

Es un controlador. 

Típicamente, el narcisista es capaz de decir cualquier cosa para conseguir lo que quiere, y suele cultivar su perfil más heroico o esotérico para ejercer control sobre los demás. Como resultado se sienten bien cuando controlan o manipulan una situación, ya que siempre lo hacen en beneficio propio.

Es un mitómano. 

Su principal característica es la grandiosidad, aunque algunos lo llaman arrogancia. El narcisista no hace cola, no reserva, no pide favores y no da explicaciones. El narcisista desprecia abiertamente a todos los que no reconocen su superioridad y secretamente a todo el mundo, porque prefiere rechazar antes de que le rechacen. En consecuencia su sentido de superioridad es en realidad un complejo de inferioridad sublimado a la millonésima potencia.

No tiene personalidad.

El narcisista es una cáscara vacía, no tiene sustancia, pero construye cuidadosamente su personalidad para proyectar la imagen que le hace sentirse seguro, poderoso y en control.

El narcisista

Es incapaz de empatizar. La empatía es tener la capacidad de sentir lo que siente otro y entender su punto de vista o, como se dice vulgarmente, ponerte en sus zapatos. La identificación es ponerle al otro los tuyos.

Es un escapista. 

El narcisista construye una vida artificial y queda atrapado en ella, un castillo de naipes que depende de su habilidad para seguir contando mentiras.

Es un explotador. 

No le duele ni le avergüenza manipular a los demás, por eso es el publicitario perfecto. En consecuencia no sabe distinguir si es su familia u otro ámbito.

Es autodestructivo. El narcisista se odia a sí mismo, lo suyo no es un exceso de autoestima sino una falta de ella.

No tiene cura. 

El niño que construye un «superyo» para sobrevivir a una infancia difícil acaba encerrado en esa construcción y nunca crece ni cambia. Los narcisistas piensan genuinamente que sin su coraza de mentiras nadie los querrá, o que serán aplastados o que desaparecerán en la nada o que morirán, sin duda son incapaces de respirar el mismo aire que los demás sin la protección de su supercoraza.

Tienen una visión desmesurada del YO.

Son competitivos y siempre quieren que los idolatren. Por encima de todo necesitan el reconocimiento de los demás.

Se sienten cómodos dando ordenes.

Creen que todos tienen que estar a su servicio y siempre el tiene la verdad o el dominio del otro.

MI CONSEJO

En conclusión si estás frente a un narcisista, ¡Huye!!!!! Y si no puedes, dale siempre la razón, alábalo y que el crea que está dominando la situación. Este es un tipo de personas TOXICAS. NADIE QUIERE UNA PERSONA TOXICA EN SU VIDA.