El ácido glicólico es un alfahidroxiácido (AHA) utilizado para trabajar la superficie más profunda de la piel y tratar las pequeñas arrugas. La falta de luminosidad o la piel dañada por el sol.

Este AHA, obtenido de la caña de azúcar, cada vez está más presente en cosmética. Y es que ayuda como ninguno a revelar una piel nueva, a estimular la regeneración celular. A luchar contra la piel grasa, regular los cutis mixtos , evitar los puntos negros o afinar los poros.

En cosmética se utiliza en concentraciones que varían entre el 4% y el 20%, con beneficios diversos según los parámetros. Los productos con concentraciones más bajas realizan exfoliaciones muy ligeras sobre la piel. Las concentraciones más altas se utilizan en tratamientos de pigmentación, arrugas e incluso para tratar el acné.

Propiedades

Su principal propiedad es la renovación de la piel y por lo tanto la mejora de la textura. El ácido glicólico estimula la síntesis de colágeno, ácido hialurónico y mucopolisacáridos. Esto quiere decir que el ácido glicólico también tiene una función hidratante. Su acción exfoliante depende, principalmente, de la concentración y del pH al que haya sido formulado.

Sus propiedades exfoliantes resultan excelentes a una concentración de entre el 10 y el 15% y en ese caso está indicado para el tratamiento del acne, la psoriasis y la queratosis. En concentraciones más altas (15-70%), se utiliza para tratar las arrugas, las estrías y la hiperpigmentacion.

Lógicamente, a mayor concentración, habrá más problemas de irritación, algo habitual con todos los ácidos. Además, tienes que saber que en cosmética se utiliza en una concentración que supera el 20%. Sí encontrarás concentraciones mayores en tratamientos estéticos como los peelings de ácido glicólico.

¿Para qué sirve el ácido glicólico?

El ácido glicólico sirve para exfoliar, hidratar y regenerar la piel, pues tiene la capacidad de adentrarse en las capas más profundas de la piel. Es por ello que se encuentra presente en productos de belleza como sérums faciales, exfoliantes faciales, limpiadores, geles y cremas hidratantes o regeneradoras.

El resultado que se obtiene tras la aplicación de un producto con este componente no es otro que una piel luminosa y jugosa, sin marcas de acné ni manchas solares.

¿Cómo se aplica el ácido glicólico?

Si vas a usar ácido glicólico por primera vez, será mejor que empieces con dosis ligeras, como harías con cualquier ingrediente nuevo para el cuidado de la piel. Puedes empezar por un ritual matutino y otro al irte a dormir que incluya limpiador de cara para los poros que contenga ácido glicólico. Este producto limpiará y exfoliará tu piel, conjugando varios pasos de tu rutina en uno solo.

Comienza humedeciendo el rostro con agua tibia, masajea suavemente una pequeña cantidad del producto sobre la piel y luego enjuaga. Además del limpiador, puedes usar una mascarilla, tónico o crema de ácido glicólico.

Además de esa limpieza diaria, puedes aplicarte una mascarilla exfoliante purificadora hasta dos veces por semana. Solo tendrás que aplicar una capa uniforme de la mascarilla, dejar que el producto se seque durante unos 20 minutos y luego retirarla cuando se haya secado por completo. Notarás que la máscara se adentra en los poros tapados, eliminando las células muertas de la piel, el exceso de grasa, la suciedad y el maquillaje, dejando tu piel limpia y suave.

Por último, si quieres ir un paso más allá y usar cantidades más elevadas de ácido glicólico, como las utilizadas en exfoliaciones químicas, primero debes consultar con tu dermatólogo para saber si puedes hacerlo.

Beneficios del ácido glicólico

El ácido glicólico
  • Protege el colágeno y la elastina de la piel: Estimula la formación de este colágeno y elastina, aumentando la capacidad regeneradora.
  •  Produce un peeling químico y no abrasivo de la piel: Se utiliza para exfoliar la piel progresivamente, eliminando las células muertas que se acumulan en la superficie, haciendo un efecto barrido, provocando que la piel se vea más uniforme.
  •  Elimina las manchas: Ya sea aquéllas que son producto de la exposición al sol, el envejecimiento cutáneo, el embarazo o el consumo de anticonceptivos. Aplicado en las dosis correctas y combinado con alguna sustancia blanqueadora, como hidroquinona, ayuda a eliminar las capas superiores de la piel, removiendo las células muertas y borrando las manchas.
  • Afina la capa córnea de la piel: La deja lisa y suave, a la vez que refuerza sus otros estratos. Los poros parecen más cerrados.
  • Incrementa de la hidratación cutánea: Éste es otro de los beneficios del ácido glicólico, que de esta forma evita el envejecimiento prematuro y mantiene por más tiempo la humedad y la frescura naturales de la piel.
  • Corrige la aparición de impurezas: Controla la producción de grasa en las pieles con acné, disminuyendo al mismo y eliminando el exceso de brillo.
  • Reduce las arrugas: Disminuye y rellena las líneas de expresión, como las patas de gallo, las líneas en la frente o en la comisura de los labios, etc. El resultado es una piel visiblemente más joven.
  • Sirve para borrar cicatrices y disminuir las estrías.

Contraindicaciones

El uso de ácido glicólico está contraindicado en mujeres embarazadas, personas con hipersensibilidad al glicolato y que presenten dermatitis de contacto.

A pesar del ácido glicólico ser un producto relativamente seguro, en algunas personas puede provocar efectos secundarios como enrojecimiento, ardor, sensibilidad a la luz, sensación de quemazón de la piel, y en los casos donde provoca lesiones, puede causar cicatrices hipertróficas.

Para evitar estos efectos indeseados, se recomienda que cualquier tratamiento con ácido glicólico esté indicado por el dermatólogo, debido a que es importante que se evalúe el tipo de piel y se indique el modo de uso dependiendo del beneficio que se busque.