¿Qué es el colon?

El colon es el órgano más importante en el aparato digestivo, cuya función es la de absorber agua y almacenar desechos sólidos. El colon mide aproximadamente 1,5 m de longitud y 6,5 cm de diámetro. Una de las enfermedades más frecuentes del colon es el colon irritable de la cual hablaremos a continuación:

Síntomas del colon irritable

Los síntomas del colon irritable son muy variados, siendo los más frecuentes:

Dolor o malestar abdominal. Es el síntoma clave, siendo muy variable en su intensidad y en su localización. El dolor o malestar puede localizarse en la zona inferior del abdomen (en el bajo vientre), en el lado derecho, en el lado izquierdo o en la zona del estómago. En general suelen ser retortijones, aunque puede también existir un dolor sordo continuo. El dolor puede ser muy leve o muy intenso, y puede impedir llevar una vida normal. Puede aumentar al comer o con el estrés y, en las mujeres, puede aumentar con la menstruación, y suele aliviarse al hacer una deposición.

Colon

Diarrea, estreñimiento o alternancia entre diarrea y estreñimiento. Si se trata de un colon irritable con predominio del estreñimiento, las heces suelen ser duras y el paciente tiene la sensación de no haber terminado de hacer de vientre, acudiendo por ello al baño varias veces al día. En estas circunstancias puede o no haber episodios ocasionales de diarrea. En los pacientes con colon irritable en los que predomina la diarrea, ésta suele ser de escasa cantidad y empeora con el estrés o con la comida. La diarrea puede tener moco.

Otros síntomas frecuentes en todas las formas de colon irritable son la sensación de tripa hinchada y frecuentes gases, el ardor de estómago y las digestiones pesadas, asociadas a náuseas y a vómitos.

Causas

La causa del síndrome del intestino irritable no está clara. En muchas personas con este trastorno, el sistema digestivo es especialmente sensible a una gran cantidad de estímulos. Las personas afectadas sienten malestar causado por gases intestinales o por contracciones que otras personas no encontrarían preocupantes. Aunque los cambios en la motilidad intestinal que se producen en el síndrome del intestino irritable parecen relacionados con contracciones intestinales anómalas, no todas las personas que padecen este trastorno tienen dichas contracciones, y en muchas de las personas que sí las tienen, las contracciones anómalas no siempre coinciden con síntomas. En algunas personas, los síntomas comienzan después de un episodio de gastroenteritis.

Para algunas personas, el desencadenante pueden ser las comidas hipercalóricas o las dietas con alto contenido en grasas.

Para otras personas, el trigo, los productos lácteos, las alubias, el chocolate, el café, el té, algunos edulcorantes artificiales, ciertas verduras (como espárragos o brócoli) o las frutas con hueso (como albaricoques) parecen agravar los síntomas.

Estos alimentos contienen hidratos de carbono que se absorben mal en el intestino delgado. Las bacterias del intestino causan la fermentación de los hidratos de carbono, lo que provoca gases, hinchazón y cólicos. Dado que muchos productos alimenticios contienen varios ingredientes, resulta difícil identificar el factor precipitante específico.

Otras personas creen que comer muy deprisa o comer después de un periodo largo sin hacerlo estimulan las crisis (un episodio o ataque). No obstante, la relación es inconsistente.

Los factores emocionales (por ejemplo estrés, ansiedad, depresión y miedo), la alimentación, los fármacos (incluidos los laxantes), las hormonas o las sustancias ligeramente irritantes pueden desencadenar o empeorar un episodio de síndrome del intestino irritable.

Las personas afectadas no siempre tienen síntomas después de un factor desencadenante habitual, y los síntomas aparecen a menudo sin que exista un desencadenante obvio. El modo en el que los factores precipitantes causan el síndrome no está claro.

Diagnostico

No existe ninguna prueba que confirme la presencia de colon irritable. Para diagnosticarlo se necesita descartar otras enfermedades que puedan producir síntomas similares (problemas de estómago, de vesícula, del páncreas, intolerancia a la lactosa, enfermedad celiaca del adulto, otras enfermedades del intestino) para lo cual, además de realizar una exploración detenida, se deben solicitar análisis de sangre y de heces y, en muchas ocasiones, otras pruebas como enema opaco, colonoscopia, gastroscopia, etc.

Ante la normalidad de dichas pruebas, los criterios para diagnosticar un colon irritable son:

  • Que las alteraciones digestivas lleven presentes un mínimo de 6 meses.
  • Que exista dolor o malestar abdominal recurrente, al menos 3 días al mes, y que se asocie con al menos 2 de los siguientes datos:
  • El dolor o malestar mejora al hacer de vientre.
  • El comienzo del malestar o dolor se asocia con un cambio en la frecuencia de las deposiciones.
  • El comienzo del dolor o malestar se asocia con un cambio en la consistencia de las heces.

Recetas naturales para limpiar el colon

Té de jengibre: hierve un trozo de jengibre fresco con agua. Así obtendrás el jugo de jengibre. Por otro lado, calienta dos tazas de agua y agrega una cucharada de zumo de jengibre con un cuarto de la taza de zumo de limón. Divide la mezcla y bébela en dos o tres tomas a lo largo del día.

Zumo de limón: exprime un limón, añade una pizca de sal marina y un poco de miel. Mézclalo todo en un vaso de agua tibia y bebe todas las mañanas antes de desayunar.

Limpieza con aloe vera: corta una hoja grande de sábila y saca su jugo. Parte dos limones y añade su zumo en medio litro de agua filtrada. Bebe esté preparado tres veces al día durante 2 o 3 días.

Té de anís: prepáralo como cualquier otra infusión y mejor consumirlo antes y después del desayuno para mejorar la digestión.

Agua de vinagre: solo tienes que mezclar en una taza de agua dos cucharadas de vinagre de sidra de manzana y otras dos de miel. Mezcla bien y tómalo una vez al día.

Zumo de manzana: con la ayuda de una licuadora prepara zumo de manzana y tómalo a lo largo de todo el día. Media hora después de tomarlo bebe un vaso de agua, servirá como laxante. Realiza este proceso durante tres días, pero en ese tiempo debes evitar los alimentos sólidos.