Entre los años 2015 y 2017, se comenzó a tomar conciencia de una forma intensa acerca de la violencia de género. Todos creemos, o nos suena, a un hombre golpeando a su pareja. La verdad que es que el término abarca también la situación inversa.

Pero la mayoría de los casos denunciados, comprobados y reportados, corresponden a una mujer siendo golpeada por su pareja masculina.

Por desgracia la violencia existe, y hay más de una forma de aplicarla. Cuando decimos violencia, inmediatamente imaginamos un golpe, pero a decir verdad, no es la única forma de ser violento.

violencia

Son mayormente conocidos los casos de violencia por parte del hombre hacia la mujer, tanto física como verbal. Es más, podríamos decir que una precede a la otra. La violencia verbal suele llegar primero, y en los casos más extremos (que por desgracia no son pocos) se llega a la violencia física.

Maldito sea aquel que no respeta u honra a su pareja, y me permito el juicio por conciencia colectiva. Apelo al sentido común de ustedes, los lectores, para que interpreten esta afirmación como les parezca adecuado.

Violencia psicológica

Una de las formas de violencia más comunes es la violencia psicológica. Este tipo de violencia, puede pasar desapercibida incluso por quién la sufre. Es sutil, delicada, paulatina y una vez inmerso, es difícil salir.

La manipulación es la primera forma de violencia de una persona hacia su pareja, inconscientemente intenta que la otra persona piense como el manipulador desea. Esto no se aplica si la otra persona deja en claro que cambia su parecer por propia voluntad o entiende un punto de vista que le es compartido.

La violencia psicológica bastardea y ningunea las creencias de la otra persona hasta que esta cree que no tiene la capacidad suficiente para pensar u opinar por sí misma, y adopta la opinión del violento.

No es un problema cambiar de punto de vista, siempre que uno lo haga por convencimiento propio.

La violencia psicológica puede ser vista en el lenguaje, en la forma de referirse a la otra persona y en el tono de voz que se emplea al hablarle o referirse a ella.

El desprecio y el desdén suelen ser protagonistas en este macabro juego, y la persona violentada puede hasta acostumbrarse a vivir con ellos. Pero de a poco y muy en el fondo, van doblegando su personalidad.

Una persona que se defiende cuando es golpeada, no le sirve a un golpeador. Este no quiere una pelea, quiere una sumisión.

Agresión

Por último y no por eso menos importante, viene la agresión. Sin tapujos, y sin escrúpulos. El insulto, el rebajar al otro y hacerlo sentir un ser inferior e insignificante, son los síntomas últimos de la violencia psicológica. El otro ser siente que sin el manipulador no es nada ni puede lograr nada por sí mismo. El denigre constante de las actividades o tareas que realiza, van mermando de a poco la personalidad y la llevan a un estado de depresión y sumiso y dependencia emocional hacia quien lo maltrata.

pelear

La violencia psicológica es una práctica que destruye a la persona por dentro. Luego de que surta efecto comienza lo peor.

Justificación

Muchas personas se excusan diciendo que su pareja tiene mucho stress, justifican sus maltratos despreciando sus propias tareas, o simplemente esperan en su interior que algún día vayan a cambiar.

Lamentablemente las personas no cambian, es más, sus defectos se acentúan con los años. Asique si encontraste una persona que crees que es para vos, pero sus actitudes demuestran algo similar a esto, recomiendo alejarse, tarde o temprano, la verdad va a salir a flote, y espero no sea demasiado tarde para verla.

El respeto es amor y viceversa, quien no te respeta no te ama. Quién no te ama, no merece estar a tu lado.

¡Que viva el amor!.