A continuación hablaremos sobre el trastorno de  pesadilla conocidos por pocos pero sufrido por muchos.

Trastorno de pesadilla

Una pesadilla es un sueño perturbador relacionado con sentimientos negativos, como ansiedad o miedo, que te despierta. Las pesadillas son frecuentes en los niños, pero pueden suceder a cualquier edad, y, por lo general, no hay motivos para preocuparse por las pesadillas ocasionales.

Los niños pueden comenzar a tener pesadillas entre los 3 y los 6 años, y suelen disminuir luego de los 10 años. Las mujeres adolescentes y adultas jóvenes parecen tener pesadillas con mayor frecuencia que los hombres. Algunas personas las tienen en la adultez o durante toda la vida.

Trastorno de pesadilla

Si bien las pesadillas son algo frecuente, el trastorno de pesadillas es relativamente poco frecuente. Se habla de «trastorno de pesadillas» cuando las pesadillas ocurren con frecuencia, ocasionan angustia, alteran el sueño, provocan problemas de funcionamiento durante el día o generan temor de irse a dormir.

Trastorno de pesadilla: Síntomas

Es más probable tener una pesadilla durante la segunda mitad de la noche. Las pesadillas pueden ocurrir con más o menos frecuencia, incluso varias veces por noche. Los episodios suelen ser breves, pero provocan que te despiertes, y puede resultarte difícil volver a dormir.

Una pesadilla puede tener estas características:

  • El sueño parece vívido y real y es muy angustiante, y a menudo se vuelve más inquietante a medida que se desarrolla
  • Por lo general, la trama del sueño está relacionada con amenazas a la seguridad o la supervivencia, pero puede estar relacionada con otros temas inquietantes
  • Tu sueño te despierta
  • El sueño te hace sentir atemorizado, ansioso, enojado, triste o hastiado
  • Te sientes transpirado y el corazón te late rápidamente mientras estás en la cama
  • Puedes pensar con claridad al despertarte y recordar detalles del sueño
  • El sueño te provoca angustia y te impide volver a dormir con facilidad

Las pesadillas se consideran un trastorno si presentas:

  • Ocurrencias frecuentes
  • Mucha angustia o problemas durante el día, como ansiedad o temor persistente, o ansiedad a la hora de dormir por temor a tener otra pesadilla
  • Problemas de concentración o memoria, o no puedes dejar de pensar acerca de las imágenes de tus sueños
  • Somnolencia durante el día, fatiga o falta de energía
  • Problemas de desempeño en el trabajo, en la escuela o en situaciones sociales
  • Problemas de conducta relacionados con la hora de dormir o miedo a la oscuridad

Tener un niño con trastorno de pesadillas puede provocarles alteraciones del sueño y angustia considerables a los padres o a las personas responsables de su cuidado.

Trastorno de pesadilla: Causas

Los médicos se refieren al trastorno de pesadillas como «parasomnia», un tipo de trastorno del sueño que implica experiencias indeseables que ocurren al dormirte, durante el sueño o al despertar. Por lo general, las pesadillas ocurren durante la fase del sueño conocida como «movimiento ocular rápido» (sueño desincronizado). No se conoce la causa exacta de las pesadillas.

Trastorno de pesadilla

Muchos factores pueden desencadenar las pesadillas, como:

  • Estrés o ansiedad. A veces el estrés común de la vida diaria, como un problema en casa o en la escuela, puede desencadenar pesadillas. Un cambio importante, como una mudanza o la muerte de un ser querido pueden tener el mismo efecto. La ansiedad está relacionada con un mayor riesgo de tener pesadillas.
  • Traumatismo. Las pesadillas son frecuentes después de un accidente, una lesión, abuso sexual o físico u otro evento traumático. Las pesadillas son frecuentes en las personas que padecen trastorno de estrés postraumático.
  • Privación del sueño. Los cambios en tu horario que hacen que tu sueño sea irregular, que te despiertes, o que interrumpen o reducen la cantidad de sueño, pueden aumentar el riesgo de tener pesadillas. El insomnio está vinculado con un mayor riesgo de tener pesadillas.
  • Medicamentos. Algunos medicamentos, como ciertos antidepresivos, betabloqueantes, medicamentos para tratar la enfermedad de Parkinson o la presión arterial o para dejar de fumar, pueden desencadenar pesadillas.
  • Abuso de sustancias. El alcohol y el uso de drogas recreativas, o la abstinencia, pueden ocasionar pesadillas.
  • Otros trastornos. La depresión y otros trastornos de salud mental pueden estar relacionados con las pesadillas. Las pesadillas pueden ocurrir junto con algunas enfermedades, como enfermedad cardíaca o cáncer. El hecho de tener otros trastornos del sueño que interfieren con el descanso adecuado puede estar relacionado con tener pesadillas.
  • Libros y películas de terror. Para algunas personas, leer libros o ver películas de terror, especialmente antes de dormir, puede ocasionar pesadillas.

Cuándo consultar al médico

Las pesadillas ocasionales no suelen ser una causa de preocupación. Si tu hijo tiene pesadillas, simplemente menciónalo en el examen de rutina para el control del niño sano. Sin embargo, consulta con el médico si las pesadillas:

  • Ocurren con frecuencia y continúan a lo largo del tiempo
  • Interrumpen de forma rutinaria el sueño
  • Causan temor de irse a dormir
  • Causan problemas de conducta o dificultades de funcionamiento durante el día

Tratamiento

Los episodios de pesadillas que no causen impacto negativo en la vida de los pacientes no requieren tratamiento específico. A menudo, medidas simples pueden ser suficientes, tales como suspender o cambiar medicamentos sospechosos.

Si las pesadillas son causadas por otras enfermedades como la apnea del sueño o síndrome de las piernas inquietas, el tratamiento para estos problemas suele ser suficiente. El mismo razonamiento es válido para otros trastornos de origen psiquiátrico, como depresión, ansiedad y estrés postraumático.

Algunas medidas que tiene como objetivo mejorar la higiene del sueño también tienden a ser eficaces, como por ejemplo:

  • Tomar una ducha caliente antes de acostarse.
  • Evitar dormir de vejiga llena.
  • Hacer ejercicios regularmente durante el día.
  • Evitar esfuerzo físico durante la noche.
  • Evitar comidas abundantes y grasosas en la noche.
  • No comer justo antes de acostarse.
  • No dormir en ayuno prolongado.
  • Evitar la cafeína por la noche.
  • Evitar cigarrillos y bebidas alcohólicas.
  • Dormir siempre más o menos en la misma hora  todos los días.
  • Evitar que la habitación quede demasiado claro, ruidoso, frío o caluroso.
  • Tener una cama cómoda.
  • Evitar televisión, teléfonos móviles o computadoras por al menos 1 hora antes de dormir.
  • Buscar actividades que ayuden a relajarse, como yoga o meditación.

Si las medidas anteriores no son efectivas, el paciente puede tratarse con psicoterapia. La llamada terapia de exposición generalmente trae buenos resultados.

Cuando el tratamiento con medicamentos es necesario, la prazosina es generalmente la medicina con mejor respuesta.