¿Qué son los seres de luz?

Estos seres comúnmente llamados seres de luz o espíritus guía, son seres etéreos de naturaleza puramente espiritual carentes de cuerpo físico cuya principal motivación o “intención base” es asistir a otros seres de naturaleza corpórea (como los humanos y los animales).

Pese a poseer una percepción más objetiva y trascendental de la que tenemos los seres humanos, y a no haber elegido un cuerpo físico en el que manifestarse, estos espíritus guía no han completado aún su desarrollo y se encuentran en un proceso de crecimiento o expansión.

Seres de luz

 En vez de juzgarnos desde una posición de superioridad, ellos nos respetan y necesitan de nosotros para su propia expansión. Este proceso de continua expansión y aprendizaje (que todo el universo experimenta por igual) requiere de nuestra mutua interacción y cooperación.

Comunicación con los seres de luz

Canalización

Este proceso es relativamente sencillo una vez que se consigue dejar la mente lo suficientemente tranquila para permitir que la información llegue. La tranquilidad mental necesaria puede descubrirse o potenciarse con la práctica de la meditación.

Meditar permite que la mente aprenda a distinguir y a tomar una consciencia más profunda de los propios pensamientos y emociones. Los estados meditativos propician un uso distinto de los procesos mentales y, por lo mismo, predisponen para tener la mente disponible y abierta a otro tipo de lenguajes, códigos o procesos. A medida que conocemos mejor nuestra mente, reconocemos nuestro propio lenguaje, nuestras emociones, nuestras imágenes mentales, incluso nuestra voz interior. Esto facilita el reconocimiento de otras voces, otros códigos y otros lenguajes.

Al canalizar, no soy yo el principal conductor de mi mente, sino que permito que “alguien más” ponga en mi mente imágenes, sensaciones o palabras que yo voy a traducir. Se suele decir que al canalizar uno entra en algún tipo de “trance”, pero esta palabra es un poco fuerte.

 Podemos hablar mejor de un “estado” mental, que luego aprendemos a reconocer en nosotros a través de ciertas señales que pueden ser muy personales en algunos casos. Algunas de las señales más comunes son:

  • Sensación mental: Sé que no soy yo el que está elaborando esas palabras porque no estoy pensando. El área de mi cerebro que suele elaborar frases antes de decirlas, no está activada.
  • Sensación corporal: Algunas personas tomamos una postura física específica cuando nuestra mente está siendo “usada” para transmitir un mensaje.
  • Consciencia: Ocurre muchas veces que al canalizar decimos muchas cosas que luego no recordamos haber dicho, porque no las procesamos activamente.
    Los mensajes pueden ser de tipo auditivo, visual o kinestésico. Y, por otra parte, una canalización puede ser de un solo tipo, o puede ser una combinación de dos o más. Revisemos en qué consiste cada uno:

Seres de luz: Mensaje auditivo

Una posibilidad de la canalización auditiva o “escuchada” puede consistir en repetir palabras que nos llegan a la mente de una manera literal y directa. En este caso los guías (u otros seres de luz) hablan directamente a través de nosotros mientras prestamos nuestras cuerdas vocales. Pueden ser mensajes en lenguaje cotidiano o a veces en lenguaje más elaborado con palabras y/o expresiones que no son propias de nuestro vocabulario normal.

Esto suele darse cuando la exactitud de las palabras resulta muy importante para el mensaje, así como cuando la resonancia del mensaje debe llegar profundamente a ciertas partes del alma o del subconsciente de la persona.

Otra posibilidad es cuando el ser espiritual nos habla a nosotros para que procesemos el mensaje y lo entreguemos a la persona de manera más comprensible o con más explicaciones, asegurándonos de que la persona entienda. Suele pasar cuando es necesario que la persona comprenda el mensaje “aquí y ahora”, de una manera bien consciente. Lo importante en este último caso es el concepto y no tanto las palabras que se usen.

Seres de luz: Mensaje visual

Seres de luz

 Los mensajes visuales consisten en imágenes que se nos presentan dentro de nuestra mente, pudiendo ser literales o figuradas. Es decir, en ocasiones se percibirán imágenes del paciente realizando acciones ya sea en el pasado (de esta vida u otras) o movimientos que se sugiere seguir.

En otras oportunidades veremos representaciones simbólicas de lo que se quiere transmitir, como metáforas, y que requerirán mayor decodificación. Aun así, puede ser relevante contarle al paciente la imagen, ya que muchas veces la elección de éstas no es azarosa, y posee una carga significativa dentro de sus vivencias y códigos personales.

Mensaje kinestésico

En una canalización, de éste tipo, los mensajes suelen estar acompañados de emociones o sensaciones físicas que nos dan pistas sobre lo que se está diciendo o transmitiendo. Nos pueden ayudar también a interpretar mejor la intención del mensaje.

El o los canales que se usen para canalizar dependen de cada persona. Puede ocurrir por ejemplo que si somos muy visuales, nos sea más fácil recibir imágenes. También depende del ser que está enviando el mensaje y qué facilidades tiene para comunicarse con nosotros.

Debemos recordar que los guías y ángeles, usan lenguajes más complejos, es decir, con una riqueza emocional y simbólica mucho más amplia que la nuestra. Por lo mismo, para ellos a veces resulta difícil hacerse entender por un canalizador y a menudo recurren a más de un canal. Ésta es una de las dificultades de la canalización: transmitir el mensaje lo más fiel posible para que cumpla con su objetivo, y no con lo que sólo creemos que están queriendo decir.

Tampoco confundir con lo que a nosotros nos gustaría decir al paciente, que es un punto de mucho cuidado en sanación: no terminar proyectando en el paciente los propios contenidos. Hay que tener mucho cuidado para no confundir todas esas sensaciones con un mensaje de los guías.

Siempre debemos intentar ser los más objetivos y autoobservarnos constantemente. Los mensajes de los guías siempre son amables y respetuosos, nunca lapidarios o violentos.

Jamás dan ultimátums o amenazas. Cuando corrigen a una persona, lo hacen de una manera muy amorosa.

A veces usan tonos más imperativos, cuando la persona lo necesita, (esto ocurre muy poco) por ejemplo con personas que son muy porfiadas o que se están “haciendo los tontos” con su aprendizaje y no quieren escuchar. Es muy importante distinguir el “tono” con el que escuchamos los mensajes, ya que nos permitirá eventualmente identificar seres impostores que se quieren hacer pasar como guías.

 Por otra parte, no es inusual que las personas ignoren o “seleccionen” los mensajes canalizados, haciendo caso omiso de lo que no les conviene y quedándose sólo con lo que les gusta. Esto ya será decisión de cada uno, pero como sanadores podemos hacérselos notar. Para cualquier canalización, es necesario estar sincronizado con el paciente lo más posible, en el sentido de entender cuáles son sus códigos y su lenguaje.

Hay que respetar su estado emocional y su momento de vida. Es muy importante, como ya se ha dicho muchas veces, tener la intención puesta en el bienestar de la persona.

La revisión de nuestra sensación interna es muy importante en esos momentos. Hay que recordar que ADABA trabaja sobre el paciente, pero también el proceso de sanación es para el sanador o terapeuta; el trabajo personal de este último es muy importante.

Puede ocurrir que no queramos dar ciertos mensajes porque nos parecen muy duros o innecesarios. En esos casos, debemos tomarnos el tiempo para chequear nuestra sensación interna y preguntar de nuevo a los guías si efectivamente debemos transmitir ese mensaje.