Alimentación saludable

El trajín de la vida cotidiana nos lleva a simplificar algunas cosas y una de ellas es la comida. Como verdaderos hijos de esta sociedad de consumo, cada vez que se nos presenta la difícil tarea de pensar “¿Hoy qué comemos?”, ágilmente nos desenvolvemos para resolver esta problemática de la manera más fácil y rápida. Nunca falta el imán en la heladera del restaurante de la esquina, donde sabemos comprar esas pizzas con mucho queso y esos lomos con papas fritas que tanto nos gustan. Por ello nuestra alimentación saludable, se convierte mas bien en el delivery . Sacamos algunas latas del almacén que siempre nos sacan del apuro e improvisamos algo con lo poco que tenemos.

Esas son las opciones más sencillas, pero ¿realmente nos estamos alimentando a consciencia? ¿o simplemente satisfacemos nuestro hambre momentáneo? El ritual de la comida debe ser algo agradable, un espacio para estar tranquilo y saborear cada ingesta. Es mucho más fácil comprar comida hecha o ir a lo simple: productos enlatados y congelados que poseen conservantes y productos químicos que a la larga terminan trayendo problemas como sobrepeso, enfermedades cardiovasculares y nutrición deficiente, entre otros.

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Si bien es entendible que la vida cambia y ya no somos esas mujeres de otras épocas que se quedaban en su casa para hacer las tareas del hogar y cuidar a lo niños (porque hoy elegimos otro estilo de vida, que conlleva más responsabilidades y ocupaciones con las que cumplir además de la cocina), es necesario que podamos encontrar un equilibrio saludable para mejorar nuestra calidad alimentaria. La clave está en informarse y siempre estar prevenida.

La importancia de “volver a lo casero”

¿A quién no le gusta la comida “de la abuela”? Sus recetas están siempre en boca de todos los comensales porque están hechas con amor y dedicación. Preparar una comida casera es un acto de cariño, hacia nosotras, hacia nuestros invitados. En ese acto, ofrecemos toda nuestro tiempo para dar lo mejor a los nuestros.

También es una forma de “desenchufarnos” de todas las tareas que tenemos por hacer. Nos ayuda a liberar la mente y relajarnos.

Hoy por hoy existen muchas personas que promueven el consumo consciente de los alimentos y lo bueno es que no tenemos que pasarnos horas en la cocina. Se trata más bien de recetas saludables y rápidas.

También existen muchas recetas que podés cocinar en esos momentos donde tenés un poquito más de tiempo y freezarlos para un posterior consumo.

Alimentación saludable: para una alacena siempre lista

Frutas y verduras: nunca pueden faltar porque son una forma fácil y rápida de ingerir las fibras y vitaminas que tu cuerpo necesita, además de ayudarte a mantenerte bien hidratada.

Carnes: en todas sus variantes, es importante porque aporta hierro y las proteínas esenciales que ayudan a prevenir problemas como depresión, ansiedad e hiperactividad.

Legumbres: como arvejas, lentejas, porotos y garbanzos. Son fuente de hidratos saludables y nos aportan proteínas y fibras. ¡Probalas en ensaladas que quedan deliciosas!

Harinas: ¡claro que sí! Es importante que además de usar el harina tradicional, o leudante, aprendamos a consumir y hacer recetas con el harina integral. Este tipo de harina no está refinada, con lo que aporta muchos más nutrientes por la incorporación del salvado.

Semillas: De lino, chía, amapola, girasol… las podes usar en todas tus recetas! Aportan vitaminas, minerales y omega 3 y 6.

¡No te olvides del aceite, sal, azúcar, huevos y leche!.