La podofilia:

Según el Diccionario culto del erotismo, la «podofilia» es la pasión erótica o excitación sexual por los pies.  También se denomina un pronunciado interés fetichista  por los pies humanos, el placer que genera besar, tocar, acariciar, lamer, oler y chupar los pies. Es uno de los fetichismos más comunes en los varones. El fetichismo del pie en mujeres es un comportamiento sexual apenas estudiado.

Quien la siente recibe el nombre de podólatra porque, como bien dice la palabra, es un individuo que idolatra, que adora los pies. El olor también es muy apreciado en estos casos, incluso hay quienes prefieren un pie sudado simplemente por su aroma.

La podofilia: Características

Fetichismo del pie se ha definido como un interés sexual pronunciado en los pies. Para fetichista de los pies, los puntos de atracción pueden incluir la forma y tamaño de los pies y dedos de los pies (por ejemplo, dedos de los pies de largo, dedos de los pies cortos, uñas de los pies pintadas, arcos elevados, suelas etc.).

Joyería (por ejemplo, anillos de dedo del pie , tobillo , etc.), tratamientos (tales como masaje, patas de socios de lavado o de los pies del compañero pintura), el estado de la vestimenta ( descalzo , chanclas , sandalias , zapatos de tacón alto , calcetería , socked pies, etc.).

Olor de los pies y / o interacción sensorial (por ejemplo, frotando el pie, cosquillas, oler, besar, morder, lamer, chupar dedos de los pies, frotando los genitales a pie , etc.). Extensiones de este fetiche incluyen zapatos , calcetines y cosquilleo.

Tipos

Ya dentro de la categoría podofílica podemos encontrar numerosas variantes: hay quien se decanta por la simple contemplación de los pies, con o sin zapato, como fuente de placer. También  hay quien prefiere tocar los pies de su amante, incluso besarlos o lamerlos.

Otros por los dedos de los pies como acicate principal de su libido. ¡Incluso existe el fetiche de la pedicura! Y es que unos pies femeninos de uñas bien recortadas y con un bonito y delicado esmalte pueden cautivar muchísimas miradas.

Y, por supuesto, el calzado también vehicula gran parte de ese deseo: su fetichismo es el más popular entre todos los que se dan con objetos femeninos como protagonistas. De ahí que también sea uno de los complementos de mujer con mayor tradición en la confección de moda erótica. Unos buenos tacos no solo hacen esbelta la figura: también embellecen el pie.

Historia

Los primeros registros históricos de la podofilia aparecen hace al menos diez siglos en China, bajo el reinado de Li Yu, gobernante de la dinastía Tang, también poeta y amante de las artes. Entonces se impuso en su corte la moda de los pies femeninos mínimos, la cual con el correr del tiempo se convirtió en una institución cultural china, vigente hasta su prohibición estricta en mil novecientos doce por el gobierno comunista.

 Al parecer tuvo su origen en la imitación de una favorita del aludido noble, la bailarina Yao-niang, dotada de pies naturalmente pequeños; ella se complacía en mostrarlos en sus exhibiciones y el príncipe no cesaba de celebrarlos.

Suficiente para que los pies pequeños se convirtiera en un elevado símbolo de estatus; eran un atributo estético de la mujer: la más apreciada señal de belleza, su más poderoso reclamo erótico y un indicador de su posición social, por cuanto daban a entender que la dama no se ocupaba de las tareas propias de las clases inferiores.

Causas

No se puede identificar una única causa por la cual una persona desarrolle podofilia. Pueden ser desde experiencias pasadas que hayan marcado a la persona, hasta causas neurológicas.

Lo importante es saber en qué momento una afición o un gusto particular se vuelve un problema.

Si la persona depende exclusivamente del fetiche para lograr placer, si le hace sentir remordimiento y si ese remordimiento lo llevan a volver a buscar el fetiche, pueden ser señales de que hay que buscar ayuda profesional.

Una de las teorías sostiene que puede deberse a que el pie y los genitales ocupan áreas contiguas en el cerebro y puede haber enlaces entre los dos. También se dice que la atracción por esta parte del cuerpo está relacionada con que habitualmente los pies, como los genitales, están cubiertos, o a la forma de los mismos.

Según Freud

Freud psicoanalizó a muchos podólatras y remontó el origen del trastorno a la infancia: la necesidad imperiosa del niño de ver los genitales de su madre quedó detenida o reprimida y, por eso, bajó la vista con timidez y retuvo como fetiche al pie. Y Jung afirmó que el pie (y no la cara) es el símbolo del alma, porque es lo que sostiene al ser humano erecto (nunca mejor dicho).

¿La podofia  es una parafilia?

Los especialistas consideran el fetiche por los pies como una parafilia, que consiste en sentir excitación sexual por cosas, situaciones o partes del cuerpo que usualmente no se relacionan con el sexo.

Quienes tienen una parafilia, a veces “dependen de manera obsesiva y permanente de ese fetiche” para lograr placer o excitación.

Notas

El fetiche debe ser un complemento de la erotización y no poner en riesgo a ninguno de los participantes, entonces podríamos hablar de una sexualidad “sana”. En cambio, si la excitación depende únicamente de la presencia de ese fetiche o este supone atentar contra sí mismo u otro, hablamos de una situación patológica.

En la industria de los juguetes eróticos, el fetiche de los pies también tiene su lugar, existiendo una gran variedad de artículos en forma de pies, con diferentes usos y funciones que han tenido una gran aceptación en el mercado.