Una vez, leyendo un hermoso libro de Irvin D. Yalom titulado Un año con Schopenhauer, me crucé con un personaje que realizaba un estilo de meditación tibetana, así que acto seguido, yo, que no sabía nada de esas cosas, me propuse investigarla. En este punto me topé con un problema: las definiciones y explicaciones que encontré me resultaban difíciles y, muchas veces, inentendibles. Frustrada, pero con ganas de seguir incurriendo en el aprendizaje de esta práctica, descubrí que hay formas mucho más comunes de meditar que las que los “profesionales” describían. Es por ello que a continuación describo la meditación y sus tipos.

La meditación y sus tipos:

Meditaciones caseras

Hace ya un tiempo descubrí el poder meditativo que brinda el pintar mandalas. La realidad es que pintar mandalas es súper fácil y entretenido, puedes comprar un libro (hoy en día los venden en cualquier librería) y el resto depende de ti. Yo amo pintarlos con marcadores pero tú puedes elegir el material con el que te sientas más cómoda (desde oleos, acuarelas, lápices y todo lo que se te ocurra).

Meditaciones clásicas

Entre la meditación y sus tipos, también voy a recomendarte dos meditaciones dentro de las que yo denomino “meditaciones clásicas” que me ayudaron de formas increíbles.

1.- Meditación respiratoria.

Para realizarla vamos a tener que hacer sólo una cosa importante: concentrarnos en nuestro ritmo respiratorio. Debes ser consciente de tu respiración ¿Cómo? simplemente contando las inhalaciones y las exhalaciones. Primero harás grupos: contarás veinte inhalaciones y repites tres veces el segmento. Luego cuentas veinte exhalaciones y repites tres veces. El beneficio es que si te sientes agobiada en un tren, o en la oficina o donde sea, no será muy difícil que trates de ahuyentar los ruidos y te concentres nada más en tu respiración. Te aseguro que haciendo esto podrás conseguir la calma de manera rápida y fácil.

2.– Meditación imaginativa

La segunda meditación de la que quiero hablarte dentro requiere un poquito más del uso de la imaginación. Paso a darte brevemente los pasos a seguir:

Debes empezar por verte a ti sola en una playa.

Trata de percibir bien la presencia de la arena, el ruido del mar y el calor del sol. Tómate unos segundos o unos minutos para visualizarte ahí, acostada, de pie, caminando, como sea. Internaliza la imagen lo más que puedas.

Verte recostándote en la arena

Luego intenta verte recostándote en la arena, a la orilla del mar, e imagina que éste va creciendo de a poco y el agua te toca las puntas de los pies primero, luego sube a las pantorrillas, después a las rodillas y así hasta llegar muy de a poco a la cabeza. Trata de no apurarte, recuerda que meditar tiene como objetivo principal el relajarse, así que mantén la imagen, por ejemplo, del agua rozando tu ombligo durante medio minuto o incluso, si puedes, un minuto entero.

Actividad artística

Prueba cualquier actividad artística que sientas que te llama la atención. Dibujar, pintar, escribir, cantar, lo que sea. Mucha gente se olvida de que el arte como actividad solitaria es extremadamente meditativo. Nos hace sacar de adentro las cosas que nos atormentan o nos pesan y nos brinda, al deshacernos de ellas, una calma inigualable.

Escritura libre

En lo que es escritura puedes probar la “escritura libre”. Sólo tienes que escribir todo lo que pienses. Incluso si piensas “no sé qué escribir”, eso ya es mental y debes pasarlo al papel. Trata de hacerlo por una hora y no vuelvas a leer lo que escribiste. La idea es sacar lo malo, lo negativo, si lo vuelves a leer puedes no dejarlo ir y absorberlo de nuevo.

Actividad manual

Cualquier actividad manual, desde hacer origami, tejer, cocinar y muchísimas cosas más que sería interminable enumerar aquí, es sumamente meditativa. Piensa que mientras estés concentrada en hacer una cosa y sólo esa cosa tu mente empezará a trabajar en sus pensamientos. Vendrán solos, sin que los busques. Así es como yo muchas veces, mientras cocino, aunque parezca increíble, consigo la mayor claridad mental y voy al fondo de mis emociones.

El sentido de todo esto es que veas que la meditación no consiste sólo en sentarse en posición de loto a repetir el mantra “Om” y a tratar de dejar la mente en blanco para alcanzar el nirvana. Claro que puedes aspirar a esto, para lo cual te recomiendo que no busques en internet un artículo sino un maestro que te guíe personalmente.

Lo que busco mostrarte es que hay muchas clases de actividades “caseras” que puedes realizar o que ya realizas pero sin darte cuenta que, con un poquito más de concentración, pueden llevarte a meditar. Verás si pruebas alguno de estos consejos que sin procurarlo comenzarás a pensar en cosas que ni sabías que estaban en tu mente. Empezarás a sacar afuera lo que te estaba pesando, molestando. Con el tiempo te aseguro que sentirás calma y verás las cosas desde otra perspectiva.

Esperamos que te haya sido de gran utilidad la meditación y sus tipos. Si conoces de alguna otra meditación compártela! escríbenos.