La cúrcuma es una planta medicinal que tiene una raíz larga de color amarillo intenso que es transformada en polvo y es usada como condimento en varios países y como colorante alimentario, especialmente en la India. Esta planta también se conoce como azafrán de raíz o como palillo. A continuación te detallamos algunas de sus propiedades más famosas.

La cúrcuma

Antiinflamatoria

Por su acción antiinflamatoria, la cúrcuma también está indicada en otros procesos que afectan a órganos, como la enfermedad inflamatoria intestinal, la inflamación de la córnea ocular, la pancreatitis o el colon irritable.

Favorece a la pérdida de peso

Es útil para ayudar a perder peso, de nuevo por su facilidad para movilizar las grasas y metabolizarlas. La curcumina, asimilada en la dieta, puede limitar la extensión del tejido graso, inhibiendo el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos o angiogénesis, y por lo tanto se incluye en terapias de adelgazamiento.

Digestiva y antiflatulenta

Ayuda a digerir bien los alimentos, alivia la dispepsia o indigestión y previene la formación de gases y flatulencias.

Anticancerígena

Los extractos de cúrcuma se han ensayado en tratamientos antitumorales, para reducir la aparición de células cancerígenas en la piel, la boca y los intestinos por su capacidad antioxidante. Ha sido empleado como complemento de la quimioterapia, al potenciar la eficacia de determinados medicamentos antitumorales.

Antioxidante

Varios estudios le atribuyen propiedades antioxidantes y beneficios en el control de la ansiedad y el síndrome metabólico, así como en el alivio del dolor de músculos. También afirman que quienes no tienen problemas de salud diagnosticados pueden beneficiarse de su consumo en pequeñas dosis.

Cómo tomarla

La parte más utilizada de cúrcuma, sin duda, es el polvo que proviene de su raíz para aderezar las comidas. Sin embargo, sus hojas también pueden ser utilizadas en la preparación de algunos tés.

Infusión de cúrcuma:

Colocar 1 cucharada de café de polvo de cúrcuma en 150 ml de agua hirviendo y dejar reposar durante unos 10 a 15 minutos. Después debe dejar que esté tibio, beber hasta 3 tazas al día entre las comidas.

Cápsulas de cúrcuma:

Por lo general la dosis recomendada es de 2 cápsulas de 250 mg cada 12 horas, totalizando 1 g por día. Sin embargo, la dosis puede variar de acuerdo con el problema a tratar.

Gel de cúrcuma:

Mezclar una cucharada de sábila con el polvo de cúrcuma y aplicar sobre las regiones de la piel que estén inflamadas, como ocurre en la psoriasis.