¿Qué es?

La bulimia nerviosa es un trastorno de la conducta alimentaria que se caracteriza porque las personas que la padecen suelen darse atracones recurrentes en los que ingieren grandes cantidades de comida en un espacio corto de tiempo, es decir, comen más cantidad de comida que la mayoría de personas en el mismo tiempo.

Los bulímicos son incapaces de dominar los impulsos que les llevan a comer y tienen la sensación que no pueden parar de comer. Sin embargo, el sentimiento de culpa y vergüenza tras ingerir muchos alimentos les lleva a una purga (vómitos autoinducidos o empleo de laxantes o diuréticos o ambos), regímenes rigurosos o ejercicio excesivo para contrarrestar los efectos de las abundantes comidas y evitar engordar.

Estas personas tienen cerca de 15 episodios de atracones y vómitos por semana y, en general, su peso es normal, por lo que resulta difícil detectar la enfermedad. En un solo atracón pueden llegar a consumir de 10.000 a 40.000 calorías.

¿Cuáles son las causas?

La causa de esta enfermedad es multifactorial y la sintomatología clínica representa el final de la interacción de tres tipos de factores:

  • Factores predisponentes: individuales, familiares y culturales.
  • Factores precipitantes: situaciones de crisis, como pérdidas afectivas o inicio de dieta estricta por insatisfacción personal o corporal.
  • Factor perpetuante: clínica de desnutrición y clínica afectiva asociada (ansiedad, depresión…).

Se cree que puede haber un problema en la regulación de la serotonina, ya que los antidepresivos inhibidores de recaptación de serotonina (ISRS) mejoran los niveles de este neurotransmisor y son útiles en el tratamiento de la bulimia.

La bulimia nerviosa:Síntomas

La bulimia nerviosa

Los signos y síntomas de la bulimia pueden incluir lo siguiente:

  • Preocuparse por la forma del cuerpo y el peso
  • Vivir con miedo de aumentar de peso
  • Repetir episodios de comer cantidades excesivas de alimentos de una sola vez
  • Sentir una pérdida de control durante el atracón, como si no pudieras dejar de comer o no pudieras controlar lo que comes
  • Forzar el vómito o hacer demasiado ejercicio para no aumentar de peso después de un atracón
  • Usar laxantes, diuréticos o enemas después de comer cuando no son necesarios
  • Ayunar, restringir las calorías o evitar ciertos alimentos entre atracones
  • Usar suplementos dietéticos o productos a base de hierbas en exceso para bajar de peso

La gravedad de la bulimia se determina por el número de veces a la semana que te purgas, por lo general al menos una vez a la semana durante por lo menos tres meses

La bulimia nerviosa: Consecuencias

Las consecuencias que trae consigo este tipo de padecimiento varían dependiendo del tiempo en que se ha mantenido y la gravedad de los síntomas que presenta cada persona. Esta enfermedad puede llegar a causar efectos irreversibles a la persona e incluso puede provocar la muerte sino se trata de forma adecuada, teniendo en cuenta que mientras más pronto se atienda se tendrán mejores resultados.

Algunas de las consecuencias que trae consigo la bulimia nerviosa, son las siguientes:

  • Caries dental
  • Ruptura del estómago y esófago
  • Desequilibrio de los electrolitos
  • Deshidratación
  • Depresión
  • Aumento de riesgo de suicidio
  • Úlceras estomacales
  • Alteraciones cardiovasculares que en casos severos puede ocasionar un paro cardíaco
  • Disminución de la libido
  • Problemas renales
  • Atrofia en el crecimiento
  • Osteoporosis
  • Estreñimiento

Prevención

La prevención de la bulimia tiene que realizarse con un enfoque multidisciplinar. Los especialistas destacan la importancia que tiene la prevención social y la colaboración de modelos, diseñadores, presentadores de televisión, publicistas y deportistas, entre otras profesiones para reducir los mensajes que se lanzan a la población que inciden en la pérdida de peso de forma no responsable y engañosa y en las tallas de la ropa.

A nivel familiar conviene insistir en que las familias sigan una dieta equilibrada, como la mediterránea, y que se evite la obsesión por la dieta, el peso o la imagen corporal.

Por otro lado, es recomendable que no hay una protección excesiva de los padres sobre los hijos. Esto facilitará la autonomía del adolescente y que éste sea capaz de resolver problemas y tomar sus propias decisiones.

Por último, desde la escuela se puede educar a los niños sobre alimentación y nutrición así como fomentar la autoestima, las habilidades sociales y comunicativas.

Tipos

En esta enfermedad se pueden distinguir dos subtipos:

Purgativo

Durante el episodio de bulimia nerviosa el enfermo recurre a los vómitos u otros métodos purgativos, como laxantes y diuréticos, para evitar el aumento de peso.

No purgativo

En este caso el bulímico emplea otras conductas compensatorias como el ayuno o el ejercicio físico compulsivo, pero no recurre a vómitos, diuréticos o laxantes con el fin de no engordar.

Ayudar a un ser querido que presenta síntomas de bulimia

Si crees que un ser querido tiene síntomas de bulimia, habla con él de forma abierta y honesta sobre lo que te preocupa. No puedes obligarlos a buscar atención profesional, pero puedes animarlos y apoyarlos. También puedes ayudarlos a encontrar un médico capacitado o un profesional de la salud mental, pedir una consulta e incluso acompañarlos.

Ya que muchas de las personas con bulimia son de peso normal o tienen un poco de sobrepeso, quizás no sea evidente para los demás que hay un problema. Las señales de advertencia que los amigos y los familiares pueden notar incluyen lo siguiente:

  • La preocupación o las quejas constantes por ser gordos
  • La percepción corporal distorsionada y excesivamente negativa
  • El consumo repetitivo de cantidades grandes de comida de una sola vez, en especial de alimentos que la persona suele evitar
  • La adopción de dietas estrictas o ayunos después de comer en exceso
  • La negación a comer en público o frente a otras personas
  • Las visitas al baño justo después de comer, durante las comidas o por largos períodos
  • El exceso de ejercicio
  • La presencia de llagas, cicatrices o callos en los nudillos o las manos
  • El daño en los dientes y encías
  • El cambio en el peso
  • La inflamación de las manos y los pies
  • La inflamación de la cara y las mejillas a causa del agrandamiento glandular

La bulimia nerviosa: Tratamiento

La bulimia nerviosa

Es fundamental para superar la bulimia nerviosa comenzar con plan de tratamiento integral en donde intervengan distintas disciplinas, tomando en cuenta la situación individual y la gravedad de la enfermedad. El tratamiento está dirigido a tratar de reestablecer los patrones normales de alimentación y a tratar los problemas psicológicos.

A continuación se muestran las diferentes estrategias que se utilizan para el tratamiento de la bulimia:

  • Psicoterapia: Es necesario que la persona comience a realizar un tratamiento psicológico con la finalidad de aliviar los síntomas de la bulimia así como los diversos problemas emocionales y/o trastornos relacionados con la enfermedad. La terapia que ha demostrado mejores resultados es la Terapia Cognitivo Conductual, la cual se encarga principalmente de modificar aquellos pensamientos y creencias negativas hacia la comida y cambiarlas por otras más saludables y adaptativas. Cabe mencionar que en algunas ocasiones, sobre todo si se trata de un adolescente y/o un menor de edad, la familia también deberá de intervenir y asistir a sesiones de psicoterapia para ayudarles a lidiar con esta enfermedad y a apoyar de una mejor manera a la persona que la padece.
  • Medicamentos: Para el tratamiento de esta enfermedad es común el uso de fármacos como los antidepresivos. Los que se utilizan para tratar este tipo de trastorno son los llamados ISRS (Inhibidor Selectivo de la Recaptación de Serotonina) los cuales son de gran ayuda en combinación con la psicoterapia.
  • Asistencia médica y nutrición: Es necesario que la persona, de acuerdo a sus necesidades individuales y bajo la supervisión de médicos, nutriólogos y diversos profesionales de la salud comience a llevar un plan de alimentación con la finalidad de lograr alcanzar un peso saludable.
  • Hospitalización: En algunos casos es necesaria, sobre todo si la enfermedad ya está muy avanzada y han surgido otras complicaciones graves de salud.