Martini

Una teoría del origen de esta bebida apunta a la ciudad de Martínez, California, donde los historiadores y los habitantes de la ciudad afirman que fue inventada durante la fiebre del oro a mediados de 1800.

Aparentemente, un minero de oro que recientemente se había hecho rico decidió celebrar su buena fortuna en un bar local. Pidió champaña, que no tenían, por lo que el camarero insistió en preparar otra bebida hecha con ingredientes que tenía a la mano: ginebra, vermut, amargo, licor de marrasquino y una rodaja de limón. Así nació “The Martinez Special”.

Historia de cocteles parte 1

El minero disfrutó tanto del coctel que trató de ordenarlo nuevamente en San Francisco, donde, por supuesto, el barman requirió instrucciones para su preparación. La popularidad de esta bebida dulce y vigorizante se extendió y se publicó por primera vez en el Manual del Bartender en la década de 1880.

Sin embargo, esta teoría no es aceptada de manera unánime, ya que Barnaby Conrad III, autor de un libro sobre el origen del Martini, afirma que la bebida fue, de hecho, inventada en San Francisco, luego de que un minero pidiera un aventón a la ciudad de Martinez, aunque también hay afirmaciones que indican que se originó en el Hotel Knickerbocker de Nueva York.

Margarita

En 1938 Carlos Herrera, en su restaurante “Rancho la gloria”, situado entre Tijuana y Rosarito, México, crea un cóctel para una de sus clientas, la ex bailarina  Ziegfeld Marjorie King, Esta señora era alérgica a varios licores y sólo toleraba el tequila.

Otra versión popularmente conocida cuenta como en 1941, Carlos Orozco, camarero en la Cantina Hussong de Ensanada, Mexico, crea este cóctel para Margarita Henkel, la hija del entonces embajador alemán. En el momento que la señorita entra en el establecimiento, el camarero estaba experimentando con bebidas. Le ofrece este cóctel, y al ser la primera persona que lo toma, el camarero decide ponerle su nombre “Margarita”

Gin – Tonic

Es una creencia popular que el gin-tonic lo inventaron los británicos. Algo de cierto hay, pero más bien lo importaron de Holanda, Suiza y La India. La ginebra la comenzaron a destilar los holandeses en el siglo XVI. La llamaban genever, una palabra relacionada con la baya de enebro con la que se elabora. Y los soldados ingleses acantonados en Flandes se la llevaron a Londres.

Se convirtió muy pronto en una bebida muy popular en las islas hasta que en el siglo XIX, en su variedad de dry gin, se le empezó a añadir tónica, la bebida carbonatada patentada en Ginebra por Jacob Schweppe. A la tónica, que empezó siendo un agua carbonatada, se le agregó con el tiempo quinina, una sustancia importada de La India por sus propiedades analgésicas y digestivas, muy eficaz contra la malaria.

De ahí que el gin-tonic se consolidara a lo largo del XIX y el XX en un acompañante habitual de las tropas del Imperio británico. Pero si hoy en día hay un país donde se valora y se combina mejor es España, donde hemos acortado la denominación anglosajona gin and tonic por gin-tonic

Manhattan

Como ocurre con muchos de los cócteles clásicos, la verdadera historia del origen del Manhattan se pierde entre leyendas y rumores.

Hay distintas teorías sobre el autor, el local y la fecha en la que se creó. Pero en lo que coinciden todas es en el lugar en el que nación. Como bien indica su nombre, es un cóctel de Nueva York.

Una de las teorías más respaldadas es que fue a mediados de 1870 en el elegante Manhattan Club. Una noche, Jennie Jerome, madre de Winston Churchill, organizó una fiesta en honor del candidato presidencial Samuel J. Tilden. Y le pidió al barman del club que crease un cóctel especial para la gala.

Este nuevo combinado gustó mucho a los invitados y empezaron a prepararlo en sus casas. Como se había conocido en el Manhattan Club, la gente empezó a llamarlo por ese nombre.

La otra versión con más adeptos dice que fue creado por un barman llamado Black que servía copas en un club en Broadway en 1860.

Sin saber cuál de las 2 historias es verdadera, lo que es seguro es que a finales del siglo XIX era uno de los cócteles más populares de Nueva York. Con el tiempo la fama del Manhattan fue creciendo por toda América y, poco después, por Europa. Y hasta que ha llegado a nuestros días. Una larga trayectoria siendo uno de los combinados más deliciosos del planeta.

Tom Collins

La historia cuenta que todo fue una broma que circulaba en el año 1874 en Nueva York. Esta consistía en llegar a un bar y preguntar a alguien si conocía a un hombre llamadoTom Collins. Evidentemente este respondería negativamente ya que era totalmente ficticio. Una vez iniciada la broma únicamente quedaría decir que este tal Collins estaba hablando en otros bares mal de él, contando cosas feas y desagradables para que éste se enfadara. Todos aquellos que ‘cayeron’ en la broma de Tom Collins fueron, personalmente, precursores de la propagación de la broma en otros lugares llegando hasta tal punto que incluso los medios nacionales de comunicación de la época se hicieron eco de la broma.

La broma llegó a ser conocida como El Gran Engaño de Tom Collins de 1874. Dos años más tarde, el barman Jerry Thomas incluye una nueva bebida llamada Tom Collins en su libro “The Bartender’s Guide

Bloody Mary

La historia dice así un buen día de 1921, Petiot decidió mezclar a partes iguales vodka y zumo de tomate. Tras probarlo, uno de los clientes del local manifestó que le recordaba a una camarera de Chicago a la que apodaban Bloody Mary por su carácter, así que se quedó con ese nombre.

Sobre su denominación, otra versión rescata su inspiración en la Reina María I de Inglaterra, María de Tudor, conocida popularmente como Bloody Mary por la dura represión de que hizo objeto a los anglicanos en su intento de restaurar el catolicismo en el reino.

Historia de cocteles parte 1

Años más tarde, el barman regresó a Nueva York y siguió sirviéndolo en el King Cole Room del St. Regis Hotel. Pero inicialmente este cóctel no conquistó a los neoyorquinos, ya que lo consideraban algo soso. Fue entonces cuando a Petiot se le ocurrió añadirle pimienta, salsa Perrins, limón y Tabasco, dando forma a la cura para las resacas más extendida hasta el momento.