La coulrofobia es el miedo ilógico a los payasos o mimos. El término coulro proviene del griego “kolobathristes” que significa Zanco-caminante y fobia que quiere decir temor. Esta fobia generalmente la sufren los niños o los adolescentes. Y lo que más le desagradan de los payasos es su rostro maquillado, su peluca y hasta su nariz roja.

Cuando una persona llega a tener miedo a los payasos o mimos estos comienza a imaginar las sensaciones de sentirse como si todo fuera real. Ejemplo: cuando ves una película terror y notas que el personaje principal es aquello que te perturba. Después en la noche intentas dormir porque piensas en lo ocurrido en la película y te puede pasar a ti.

Aquellos que sufren de Coulrofobia,llegan a imaginar el temor de como seria si un payaso asesino se acercase con un cuchillo filoso.Y llegan a la conclusión de tener quecreer que todo lo que imaginaron podría pasar en la vida real.

Origen

Las causas de la fobia a los payasos o coulrofobia son multifactoriales. Las fobias específicas pueden iniciarse por factores muy distintos, pero generalmente se inician por la vivencia de experiencias, normalmente traumáticas, que han causado un miedo irracional ante los payasos a causa de pensamientos irracionales que se han asociado a ellos.

 Estas experiencias no deben ser necesariamente vivenciadas por uno mismo, pueden ser observadas en otras personas. Por otro lado, estas creencias irracionales pueden haberse establecido mediante informaciones erróneas transmitidas por otras personas, sin la necesidad de que la persona lo haya vivido u observado.

Curiosamente, una investigación realizada entre 1971 y 1988 apuntó a que la novela IT, protagonizada por un payaso malvado, ha provocado multitud de casos de esta enfermedad psicológica.

Disonancia cognitiva

Por otro lado, fobia a los payasos puede no ser exclusivamente un fenómeno relacionado con obras de ficción y el acuerdo social. Un estudio realizado en 2008 por la Universidad de Sheffield. Que incluyó a 250 niños de 4 a 16 años de edad, concluyó que todos los grupos de edad sentían antipatía o fobia a los payasos.

Según varios expertos, existe un efecto llamado disonancia cognitiva que puede aplicarse a los payasos. Concretamente a su permanente sonrisa: “Nuestra mente interpreta que las sonrisas en general son positivas. No obstante, no es posible sonreír todo el tiempo. Porque de ser así, algo falla. Gracias al comportamiento de las personas podemos interpretarlas. Pero si el aspecto de las personas o su comportamiento no varían, se convierten en terroríficas”.

Este fenómeno se da en situaciones muy diversas y siempre genera en la persona que lo sufre, una sensación de extrañeza e incomodidad.

Síntomas

Un coulrofóbico siente el típico pavor y pánico del paciente fóbico, siempre cuando recibe la imagen del payado, o incluso con tan sólo percibir su presencia.

Se une a esta situación angustiosa que, los demás, perciban este terror como algo divertido y jocoso, lo que incrementa el estrés y la angustia de la persona coulrofóbica.

Otros síntomas relacionados con el miedo a los payasos son:

Taquicardia, palpitaciones irregulares

Temblores y ansiedad

Imposibilidad de respirar

Pánico intenso

Síntomas emocionales

El síntoma más característico y fácilmente reconocible de la fobia a los payasos es la presencia de un fuerte miedo irracional cuando la persona se ve expuesta a uno de estos personajes.

Este miedo va mucho más allá de lo que sería normal en las situaciones en las que se presenta, y en general el individuo lo sufre como algo incapacitante y extremadamente desagradable.

El miedo provocado por la coulrofobia también puede darse incluso cuando no hay un payaso presente. En los casos más severos, simplemente con la mención de uno de estos personajes. O la aparición de un pensamiento sobre ellos, la persona puede sufrir un episodio de ansiedad tan fuerte como si estuviera frente a uno en el mundo real.

Coulrofobia

Reacción

La primera respuesta, que surge, totalmente, como mecanismo de defensa es la de la evitación y la huida. Es decir, la persona que sufre Coulrofobia, al ver a un payaso, puede tener la respuesta de salir corriendo.

Esta reacción puede llegar a generalizarse. Hasta el punto en que la persona evite situaciones en las que puede haber payasos presentes: Ir a una fiesta de cumpleaños infantil, ir al circo. O incluso a veces, puede encontrárselo con tan sólo ir por la calle.

Síntomas cognitivos

En el caso de la fobia a los payasos es muy habitual poder observar este fenómeno: frente a un payaso. La mente de los afectados les devuelve ideas aterradoras relacionadas con ellos.

Así, a pesar de que los payasos son teóricamente personajes amigables y pensados para traer alegría. Quienes sufren de coulrofobia pueden tener todo tipo de pensamientos negativos y desagradables sobre ellos.

Síntomas conductuales

El síntoma conductual más habitual entre las personas con coulrofobia es la evitación de todas las situaciones en las que podrían estar en presencia de un payaso. Por suerte, estos personajes son poco comunes en la vida cotidiana; pero en casos muy específicos, esta evitación podría interferir con las responsabilidades del individuo.

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¿Cómo se supera?

Un alto porcentaje de padres con hijos coulrofóbicos optan por evitar que sus vástagos con miedo a los payasos se enfrenten a estos personajes. Como ocurre a menudo en las fiestas de cumpleaños.

Lo que en principio parece una medida razonable cuando la intensidad del miedo es elevada. Puede dejar de serlo en otros contextos diferentes.

El mejor tratamiento para superar esta fobia. Es el que elabore un buen profesional en psicoterapia tras llevar a cabo un adecuado diagnóstico que permita combatir las causas de tan irracional miedo.

Los medios y técnicas más efectivos para plantarle cara a la coulrofobia suelen incluir terapia psicológica. Que a través de la habituación. Permita a las personas fóbicas la toma de contacto progresiva con la causa del temor. Hasta que las sensaciones negativas vayan disminuyendo poco a poco.

Lo normal es que, durante el transcurso de la psicoterapia con base en la desensibilización. La angustia que se experimente vaya menguando. Las primeras sesiones se centran en la discusión y la reflexión sobre el miedo. Para con posterioridad comenzar a ver imágenes asociadas con el objeto de la fobia: payasos y mimos.

A medida que el tratamiento vaya surtiendo efecto, el paciente se llegará a sentir a gusto y dejará de sufrir los síntomas anteriormente citados. Incluso al encontrarse en una habitación en compañía de un payaso.

Someterse al proceso de desensibilización va a posibilitar que aquellas personas que sientan fobia a los payasos. Vayan poco a poco superando su miedo, y finalmente queden inmunizados ante la fobia.